Sona ha mejorado con el tiempo.
Físicamente no, en lugar de una bolita gris ahora tiene un cierto parecido con un quiceañero larguilucho y flacho. Mucha pata, poca chicha.
Las fases histeria-relax continuan pero cruzamos (P, Uxim y yo) los dedos para que la madurez la calme un poco, eso o Valium (para nosotros).
Uxim sigue con su papel de madre pero es un poco gallina (para que engañarnos) y no es muy aficionada a subir a nada más alto que la cama asñi que no nos hace compañia mientras vemos refritos veraniegos.
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