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domingo, 21 de marzo de 2010

Volver a casa pero sin turrón

Ayer con 20 personas en casa (la de mis padres) el ruido que había era prácticamente insoportable, mi familia grita mucho, come mucho y, por suerte, ríe mucho.

En mi opinión, los principales generadores de decibelios son mis tías y mi abuela -que tendrá 80 y pocos pero tiene unos pulmones...- junto con mi madre y mi hermano pequeño (este desde que cambió la voz se ha convertido en el campeón y es firme defensor de la filosofía "gritar más no hace que tengas la razón pero ayuda"). Yo, si me pongo tengo un timbre de voz que asusta a los perros pero creo que con los años lo voy usando menos en las comidas familiares (ya veréis los comentarios que suscita esto juas juas juas).

El conjunto es un jolgorio al que con los años de acostumbras y casi casi echas de menos (aunque a veces desearías tener unos taponcitos para los oídos no nos engañemos!).

En paralelo a los generadores de ruido hay la corriente que sigue mi padre que se sienta en la mesa, escucha y va zampandose morcillitas de Burgos contento pensando que los que hablan no comen y eso es más para el!

1 comentario:

Olivia_p dijo...

jiji, que bueno el post, que gracia tu hermano, en mi casa a veces funciona, jajaja,
sabes, viví y nací en Basel doce años, casi trece, para mi es un poco como mi "patria", pero al final soy un poco apátrida, soy de dónde vivo, creo que los hijos de emigrantes tenemos algo de "cosmopolitismo" pero no del cool, es un poco de desarraigo, cuesta ser de un sitio para siempre y a saco, quizás con los calores adolescentes eres más radical, después pasas, pero la comida, eso es otra cosa, que sabio tu abuelo. Gracias por tu visita