Hay opiniones divididas sobre ambas ciudades, son muy distintas a todo lo que puedes ver en la parte alemano-parlante de Suiza, sobre todo por el tráfico y la afición a la pitura de colores de los constructores.
Uno reconoce cosas aprecidas y poco italizanas pero la manera de conducir y de vestir de sus habitantes es más italiana que un plato de macarrones.
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