Hay cosas de este país que molan, mogollon (me siento joven cuando digo esto: mola mazo, mola mogollon... casi tanto como Leticia Sabater, era con c o z?!) la que más, que cuando se acerca la Navidad (lo de cerca y lejos aquí no lo tienen muy claro) en los supermercados venden masa de galletas hecha.
Al lade la de hojaldre hay paquetitos de masa para galletas de todo tipo. De mantequilla, de canela, con nueces, de chocolate y de cosas que no se que son (mañana me llevaré un diccionario).
Al lado - tontos no son- toneladas de chuminadas para glasear, decorar, endulzar y personalizar tus galletas. Aqui hay niños por todas partes y lo de recordar y decorar galletas es unaa ctividad familiar tradicional.
Una Hausfrau como dios manda amasa a mano y con amor sus propias galletas con uan receta pasada de madres a hijas desde que Heidi era un australopitecus, las Hausfrau de pacotilla compran la masa hecha y se quedan con lo mejor de las galletas, a saber:
1. Comerselas.
2. Recortar la masa con moldes chulos y baratos del Ikea y decorarlas.
Eso no impide que valoremos a los que son capaces de hacer cosas así de estupendas:
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