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martes, 28 de agosto de 2007

Bad mood, sad faces...


Ayer fue un día deprimente para muchos, y el principio de una dulce venganza para algunos….

Irse de vacaciones está muy bien, volver es un asco; al menos eso piensa la mayor parte de la población de Barcelona a juzgar por las caras largas y los suspiros.

Después de los saludos, el intercambio de anécdotas y las competiciones por ver quien está más moreno empieza una de mis partes favoritas de la operación retorno yo la llamo “por dios cuanto he comido”.

Relatos detallistas y escabrosos de la paella en el puerto, los choricillos del pueblo, las rosquillas de la abuela, el asado argentino que siempre terminan con la misma frase (o algún derivado) – buf, pero ahora a portarse bien que me he engordado mucho-.

La parte divertida viene cuando alguien trae una ensaimada de Mallorca, alfajores de argentina, un panetonne de Italia o salchichón de tarragona y se lanzan como posesos.

Ya lo decía Garfield “las dietas están para saltárselas”.

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